EL CONSTRUCTIVISMO

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Desde la pedagogía: 
El contructivismo es una corriente pedagógica basada en la Teoría del conocimiento constructivista, que postula la necesidad de entregar al estudiante las herramientas necesarias (generar andamiajes) que le permitan construir sus propios procedimientos para resolver una situación problemática, lo que implica que sus ideas puedan verse modificadas y siga aprendiendo.
El constructivismo considera holísticamente al ser humano.

El constructivismo propone un paradigma donde el proceso de enseñanza se percibe y se lleva a cabo como un proceso dinámico, participativo e interactivo del sujeto, de modo que el conocimiento sea una auténtica construcción operada por la persona que aprende (por el «sujeto cognoscente»). El constructivismo en pedagogía se aplica como concepto didáctico en la enseñanza orientada a la acción.


Como figuras clave del constructivismo destacan principalmente Jean Piaget y a Lev Vygotski

Piaget se centra en cómo se construye el conocimiento partiendo desde la interacción con el medio. Por el contrario, Vygotski se centra en cómo el medio social permite una reconstrucción interna. La instrucción del aprendizaje surge de las aplicaciones de la psicología conductual, donde se especifican los mecanismos conductuales para programar la enseñanza de conocimiento.

Existe otra teoría constructivista (del aprendizaje cognitivo y social) de Albert Bandura y Walter Mischel, dos teóricos del aprendizaje cognoscitivo y social.


Desde la psicología:

Las relaciones entre desarrollo y aprendizaje constituyen una temática compleja y controvertida en el campo de la Psicología Educacional, campo que se organizó históricamente hacia principios del S. XX, como resultado del intento de utilizar el conocimiento psicológico para fundamentar prácticas educativas, particularmente, las vinculadas al aprendizaje.

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Sin embargo, el modo de entender la relación entre los procesos de aprendizaje y de desarrollo, lo que se constituirá en una preocupación central para la educación, se verá influenciada por la teoría psicológica a la que se apele.

La Teoría Genética, elaborada por Jean Piaget y sus colaboradores, desempeño un papel decisivo para la investigación pedagógica para las innovaciones en educación e incluso para las reformas de los sistemas educativos.

A partir de la segunda mitad de la década de los setenta, sin embargo, la teoría genética entró en una fase de pérdida progresiva de influencia en educación y otras teorías, entre las que podrían situarse los enfoques inspirados en la obra de Lev Vygotsky, comenzaron a diputarse el protagonismo que detentaba hasta ese momento, no sin sus propias limitaciones y dificultades.

El giro al paradigma clásico, respecto a las relaciones entre el desarrollo y el aprendizaje, en primer lugar, visibiliza una triple naturalización: la del estudiante y sus procesos, la del espacio escolar y sus prácticas, y la de las intervenciones psicoeducativas.
En segundo lugar, cuestiona la adopción de una perspectiva de la subjetividad, basada en la ilusión de que es posible describir atributos inherentes a los sujetos e independientes de las situaciones. 
En tercer lugar, abre la discusión con modelos de desarrollo que presuponen una matiz evolutiva de curso único y con las perspectivas aplicasionista y reduccionista en el abordaje de las relaciones entre psicología y educación.

Desde lo epistemológico:
En filosofía de la ciencia y epistemología se denomina constructivismo o constructivismo epistemológico a una corriente de pensamiento surgida hacia mediados del siglo XX, de la mano de investigadores de disciplinas muy diversas (psiquiatras, antropólogos, físicos, matemáticos, biólogos, psicólogos, sociólogos, lingüistas etc.).
Para el pensamiento constructivista, la realidad es una construcción en cierto grado «inventada» por quien la observa. Nunca se podrá llegar a conocer la realidad tal como es pues siempre, al conocer algo, ordenamos los datos obtenidos de la realidad (aunque sean percepciones básicas) en un marco teórico o mental. De tal modo, ese objeto o realidad que entendemos «literal» no es tal, no tenemos un «reflejo especular» de lo que está «ahí fuera de nosotros», sino algo que hemos construido con base en nuestras percepciones y datos empíricos. Así, la ciencia y el conocimiento en general ofrecen solamente una aproximación a la verdad, que queda fuera de nuestro alcance.​
Gerald M. Edelman ilustra esta idea diciendo que «Cada acto de percepción es en cierto grado un acto de creación y cada acto de memoria es a cierto modo un acto de imaginación».
La orientación fundamental de esta corriente partió desde Immanuel Kant (1724-1804) cuando distinguía entre el fenómeno y el noúmeno (o cosa en sí). Afirmaba que la realidad no se encuentra fuera de quien la observa, sino que en cierto modo es construida por su aparato cognitivo. Pero se considera como el primer constructivista a Giambattista Vico (1668-1744) y su frase «verum ipsum factum» («lo verdadero <es> lo mismo <que> lo hecho»).
Otros precedentes del pensamiento constructivista podrían ser René Descartes (1596-1650) con su «cogito ergo sum» («pienso, por lo tanto existo»), David Hume (1711-1776) y, sobre todo, el obispo George Berkeley (1685-1753), cuyo «esse est percepi» («ser es ser percibido») entra de lleno en este contexto.
Jean Piaget es uno de los pensadores que difieren de esta corriente. Piaget se basa en la creación de los esquemas y su postura ante el contructivismo es escéptica, aun cuando se diga que es un pensador inmerso en esta corriente.

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